lunes, 9 de junio de 2008

Lo que el amor despierta

Hace ya algún tiempo que escribí lo que ahora publico, y lo hago precisamente hoy porque el sentimiento que movió mis dedos sobre las teclas ya no vive conmigo, así que me permito compartirlo con los pasen por estas páginas.


Hoy estoy aquí, en mi ordenador, después de muchos días de contradicciones en mi cabeza, de pensamientos antagónicos, de escuchar señales, a las que no hago caso, o que perversamente quiero reinterpretar una y otra vez hasta que encajen con mi plan preconcebido, más cercano a una visión color sepia de la divina comedia, que a lo que parece ser lo correcto socialmente hablando.

Y es que estoy enamorado; no enamorado como lo había estado hasta hoy, en mi forma de ser, de la que manifiesto flecos románticos, había sentido la atracción y el impulso por otra persona, pero siempre con mucha más distancia física y mental entre lo que en el sosiego de mis pensamientos canalizo como estar enamorado y lo que mi personalidad después exterioriza, como si la pureza del sentimiento sólo la sintiera en la lejanía de la persona amada, pero que se tambalea cuando conseguimos encontrar momentos de intimidad y de pasión.

Ahora me confieso enamorado con paciencia, con aquella sensación de saber que ya has pasado por este mismo sitio, pero del que encuentras unos nuevos matices que jamás habías percibido, con el sosiego de saber que este camino te atraviesa de vez en cuando, casi siempre por sorpresa, pero del que empiezas a disfrutar con un nuevo espíritu cada vez que te visita; mi espíritu me deja atormentarme en la porción que sé que quiero serlo, pero la autenticidad, la evolución que siento, creo que me encandila por completo, y por eso hoy he decidido descubrirme de una forma más desnuda y vulnerable de la que jamás mi orgullo y mi razón me habían permitido mostrarme, corriendo unos riesgos que pensaba reservados para los 16 años.

Hoy me he declarado, pero ella aún no lo sabe, y me retuerzo en mi ser debatiendo si he hecho bien, si merece la pena actuar de esta forma tan irresponsable, si como dicen los economistas, la ecuación riesgo-beneficio es atractiva... gracias a dios que no todo se mide con el baremo de la racionalidad, porque de ser así, es cierto que nos ahorraríamos muchos sufrimientos, muchas decepciones, muchos contratiempos, pero renunciaríamos a exponernos a la suerte de encontrar lo más maravilloso del mundo, a esa persona que te hace parecer idiota, que te desespera cuando no te trata con amor, que te... y así podría estar toda la noche, pero eso ya lo dejo para dentro de un rato, cuando por un día más, me cueste un mundo abrirle las puertas a Morfeo, y las piruetas en mi mente se sucedan una tras otra hasta dejarme agotado.

Hoy la conclusión es esta, me doy la bienvenida de nuevo al mundo del riesgo y del amor, porque estoy enamorado.

2 comentarios:

Ada dijo...

Intimo, secreto, sincero y muy tú. Eso es lo que más me gusta de estas palabras tan bien escritas. Lo que lamento, es que ese sentimiento se fuera y ya no esté, pero lo lamento por poco tiempo porque tengo la certeza de que algo ha cambiado en ti y esa sensación pronto volverá. Sé cómo es sentirse así y lo extraño tanto... Me alegra que lo disfrutaras. Ahora a seguir y dejarte llevar por nuevas sensaciones y emociones. Merece la pena el riesgo...

Auto Sabio dijo...

Hola!!
No falteis a la Gran Re-inauguración del blog "Gladiadores de lo Absurdo".

Nuevo aspecto, más serio, más romantico, menos paja, más sentimientos.

No os perdais la última entrada añadida "No tengo sello".


PD: he colocado vinculos a vuestro blog en mi pagina (espero q os suban las visitas!! ;) )
y por supuesto, prometo leeros más asiduamente.